Eran los días en que los milongueros empezaban a fijarse en mí en las milongas 🙂
La noche que Chiche me dirigió su cabeceo es inolvidable para mí. Recuerdo que volviendo a casa grité en el auto: ¡¡Sí !! Bailé con Chiche !! ¡¡Qué noche tan buena!!
Desde esa noche bailamos cada vez que nos encontrábamos en las milongas. Con los años, “Chiche” me eligió como su compañera.
Una noche, en “El Beso”, después de bailar una tanda de milonga, Chiche vino a mi mesa con un hombre. Chiche me dijo: “Moni, este gringo me habla pero no le entiendo”.
El hombre era de los Estados Unidos, le había encantado nuestro baile y quería tomar clases con Chiche. Cuando le traduje eso a Chiche, dijo, está bien, lo organizas vos, pero decile que solo yo puedo enseñarle con vos, no solo.
El alumno estuvo de acuerdo. Alquilé un estudio y los tres nos reunimos allí el día de la clase en el horario convenido.
No era mi clase, así que le pregunté a Chiche: “Chiche, ¿cómo le vas a enseñar?”
Chiche: “Es fácil, bailaremos y cuando vea algo que le guste, se lo muestro”.
Dije, está bien. Entonces empezamos a bailar. El alumno dijo: “¡Detente! ¡Enséñame lo que acabas de hacer!” Se lo traduje a Chiche. Me miró y dijo: “No tengo idea de lo que hice. Hice lo que la música me dijo que hiciera ”
¿Te imaginas la situación? ¡No podía traducir eso al alumno! Pensé: ¡lo que respondió Chiche es la MEJOR respuesta en el PEOR momento! Respiré y le dije al alumno que tendríamos que intentarlo de nuevo, pero sabía que podíamos estar toda la clase intentándolo sin éxito. Entonces, de inmediato decidí enfocar TODA mi atención y sensibilidad para absorber en mi cuerpo y en la mente lo que Chiche me hizo hacer durante el baile.
Estaba muy concentrada en eso cuando el alumno dijo: “¡Eso! lo que acabas de hacer! Repita por favor”. Entonces, le dije a Chiche: mira, me llevaste a hacer un ocho cortado y luego a entrar con mi derecha …, Chiche me interrumpió y dijo: “¡Ah sí, ya se !, ¿fue esto?”. En el segundo intento, Chiche estaba haciendo lo que el alumno quería y lo repitió varias veces. Finalmente, todos estaban felices, especialmente yo 🙂
No lo sabía, pero esa clase fue el comienzo de mi decodificación del baile de los milongueros.
Más adelante, luego de entrevistar a algunos milongueros y empezar a acercarme a ellos, durante nuestras tandas, les pedí a algunos de ellos que repitieran lo que acaban de hacer porque había sido tan lindo, pero siempre me daban la misma respuesta que Chiche en esa clase. : ¡No sabían! La música les dijo qué hacer.
La rodilla de Chiche estaba muy mal, lo operaron. Recuerdo que solía ir a la milonga con dolor. Me dijo que por las mañanas iba a la farmacia a comprar analgésicos para poder bailar por la noche. Lo peor fue la escalera en El Beso. Lo ayudé a bajar, eso solía ser lo más difícil para él. Si lo hubieras visto en las escaleras, no podrías haber creído que era la misma persona que había estado bailando unos minutos antes.
Le encantaba bailar. Me ENCANTABA bailar con él. El miércoles (3 de febrero 2021) se cumple un año desde que dejó la pista de bailes terrenales. Pero sus enseñanzas a través de su danza permanecen en mí para siempre.
¡Gracias Chiche!
La música que seleccioné son las milongas y el vals que más me recuerdan a Chiche. Abajo encontrarás la tanda y un par de bailes que tuvimos 🙂
Un abrazo,
Mónica
1° baile:
Compadreando, Angel D’Agostino – Angel Vargas (1941)
Debido a la mala calidad del video original. Este video ha sido mejorado por inteligencia artificial.
2° baile:
La guitarrera. Alfredo de Angelis – Floreal Ruiz (1944)
Debido a la mala calidad del video original. Este video ha sido mejorado por inteligencia artificial.
La tanda
- ♫ La guitarrera. Alfredo De Angelis y Floreal Ruiz
- ♫ Compadreando. Angel D’Agostino y Angel Vargas
- ♫ Milonga vieja milonga. Juan D’Arienzo
- ♫ Temo. Orquesta Tipica Victor